Ya en el nuevo milenio me sugestiona la idea de la obra de arte como icono de los mass-media. Empieza a interesarme el arte pop, sobre todo, su forma de entender y presentar la figura, y el mensaje que intenta trascender a esa forma de trabajar. Lo cotidiano elevado a la categoría de obra de arte.
Desde entonces mi obra ha profundizando en el desarrollo de un lenguaje plástico que permita expresar, a través de imágenes, un mundo de sentimientos e ideas vinculados a las nuevas formas de producción contemporáneas.
Después de un último viaje a Paris mi obra empieza a cambiar de manera más profunda. Empieza a salir al exterior algo que bullía en mi interior; no es un cambio buscado ni forzado. Mis lienzos recogen esa experiencia.